¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua, con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía? ¿Qué puedo entre los poetas uniformados por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte, ni boticario, ni rebelde?
¿Qué puedo hacer cerlo todo y no tengo ganas sino de mirar y mirar?
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